miércoles, 17 de abril de 2013

El Cid que no conquistó Valencia (ni Sevilla)

Aunque ya han pasado unos días, (una semana para ser exactos) me dispongo a hacer balance de la novillada que abría el ciclo abrileño de este año. Sobre el papel Gonzalo Caballero (al que hacen excelente de despeñaperros hacia arriba), Sebastian Ritter (gran incógnita, que tenía buena pinta por el mero hecho que lo lleva Corbacho) y Lama de Góngora.
Gonzalo Caballero pone quietud, pero nada de alma, emoción o profundidad. En su segundo estuvo inédito.
Sebastian Ritter estuvo desangelado, sin saber qué hacer, y recortó terrenos de sobremanera a su primero que pedía un poco de distancia. fue el menos malo de una sosa, parada, descastada, inmóvil y muy mal presentada novillada de Juan Pedro Domecq, aún con bailes de corrales en la tarde anterior.
Y vamos a lo interesante, a quien sí toreó esa tarde y quien alimenta la esperanza de aficionados y da un aire diferente a los miles de clones que se hacen llamar novilleros. Y es que este Lama de Góngora es un torero con todas las letras. No hace falta haber tomado la alternativa, o si nos referimos a su homólogo "matador de toros" y cogemos el sentido literal de éste, matarlos a todos de un estoconazo, para sentirse y ser torero.
Cierto es que le hacen falta horas y horas de carretón y matar mucho en el campo, porque las faenas hay que rematarlas, o por lo menos, saber la técnica, cosa que parece se le olvidó la otra tarde.
En Valencia fue más de lo mismo, y el mismo problema.
El toreo es algo intrínseco a lo español, sin tinción ni inclinación a la derecha o la izquierda (una pena que algunos hagan ver lo contrario y jueguen con masas ideológicas y siembren odio con algo así. Tan absurdo, como si en Alemania, se fuese de derechas o izquierdas por comer salchichas Frankfurt). y si hacemos memoria, algo que era muy español hace unos siglos, era luchar contra la presión morisca, que dominaba gran parte de nuestra cada vez más irreconocible España. Pues bien, hubo un señor (o no, no está probado que existiese) que junto con otras miles de almas que luchaban por sus ideales y libertad reconquistaban terreno antes Español ( o de la corona de Aragón, Castilla..). Por supuesto mantenían constantes guerrillas, intimidaban, amenazaban, insultaban, exigían lo que era suyo por derecho, pero si solo hubiesen hecho eso, hoy seguramente seríamos todos más morenos y usaríamos más la letra A en nuestro idioma. Y no es así, porque como todos sabemos, el Cid ya conquistó valencia, y fue a punta de Tizona.

Sergio Gordillo



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